miércoles, 7 de abril de 2010
passiones
Cuando empecé a trabajar en las pasiones y en las pinturas de la baja edad media, cuando intenté averiguar cómo crear imágenes a partir del vídeo y la tecnología electrónica, en un primer momento me dirigí hacia la emoción humana, que es universal. Como artista sé, y estoy convencido, cuando veo fotografías de las pinturas de las cuevas, de hace treinta o cuarenta mil años; cuando me explican que se encontró una tumba en el Irán, con un hombre y una mujer juntos, de hace cien mil años, con todos los objetos familiares alrededor, dispuestos bien juntos, y cubiertos con 20 centímetros de flores … ¡Hace cien mil años! Cuando aprendo todo eso aprendo sobre las emociones humanas. ¡Cuando enterraban a esta gente bajo tierra se lloraba, y eran hombres de las cavernas! Cuando murieron mis padres -mi padre murió el año 1999 y mi madre en 1991- sentí una pérdida pero también una continuidad de la vida, junto con el nacimiento y la muerte. Las pinturas medievales empezaron a conectarme con mi propia vida. Mis padres habían muerto, y era por estas cosas que la gente iba a las iglesias. También lloraban ante la imagen de Jesús o de Maria, de la misma manera que los budistas iban al templo a rogar a Buda y seguro de que también lloraban. Las lágrimas son la expresión humana universal de la emoción, desde un bebé hasta un abuelo, desde los pasados hasta hoy. Quería tocar estas emociones y demostrar la evolución conjunta de la humanidad a lo largo de la historia.
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